Tesoros en el cielo: una reflexión sobre Mateo 6:19-21

Jesús dijo:

Mateo 6:19-21 (RVA)

|19| "No acumuléis para vosotros tesoros en la tierra, donde la polilla y el óxido corrompen, y donde los ladrones se meten y roban.

|20| Más bien, acumulad para vosotros tesoros en el cielo, donde ni la polilla ni el óxido corrompen, y donde los ladrones no se meten ni roban.

|21| Porque donde esté tu tesoro, allí también estará tu corazón.

En estos versículos, es interesante notar que la palabra traducida como "tesoros" en el griego es thesauros que, a pesar de lo similar que suena, no significa "tesoro".

La palabra thesauros, es definida en el léxico de Friberg como "un lugar para guardar cosas de valor", es un "cofre de tesoro" o un "almacén". En otras palabras, esta palabra no se usaba para describir al contenido en sí, sino al lugar donde se ponía un tesoro o algo de valor, era un depósito, almacén, contenedor, o espacio donde guardaban cosas de valor.

Lo común en los tiempos de Jesús era guardar cosas de valor en bolsas, generalmente hechas de piel seca o tela de seda, éste sería el thesauros, de una persona promedio. Esta bolsa podía ser destruida por las polillas, y luego el contenido corromperse y ser destruido.

La palabra "óxido" en griego es brosis, que es un verbo que se traduce literalmente como "el acto de comer". Debido a que el óxido se "come" a los metales, varios traductores optaron por traducir esta palabra como "óxido" y "orín", pero esta palabra también puede referirse a otro tipo de insecto que se "comía" la bolsa donde guardaban las cosas. De hecho, a la langosta le decían "el devorador", porque comía las cosechas, así que es muy probable que esta palabra refiera a algún insecto. No obstante, es posible también que Jesús la usara como una palabra que genéricamente refiere a todo aquello que "come" los bienes materiales.

Además, estas bolsas también podían ser robadas por ladrones y la persona perdería todos sus bienes guardados. En aquellos tiempos las paredes de las casas en general eran hechas de ladrillos de barro seco, así que los ladrones venían de noche y "minaban" las paredes para hacer un hueco y entrar a robar.

La tierra y el cielo, en este contexto, refieren a los bienes materiales y terrenales en contraste a los bienes espirituales, el contexto nos habla de elegir entre servir a Dios o a las riquezas (versículo 24).

Al final Jesús dice que donde está tu tesoro (tu depósito) ahí está tu corazón.

El punto en todo esto es que existen dos depósitos donde se guardan dos tipos de bienes totalmente diferentes.

Hoy en día, tenemos las "cajas fuertes" que la gente usa para guardar dinero, joyas y otras cosas de valor. Si bien estas cajas fuertes del presente pueden ser mucho más fuertes y seguras que en el primer siglo, y no estar en casas, sino en un banco. La realidad es que aún así, pueden ser robadas y destruidas. Nada en el plano material es indestructible.

Pero Dios tiene una "caja fuerte", donde va guardando nuestras acciones de fe, nuestro servicio, nuestra obediencia, y nos dará recompensa por todo lo que hayamos hecho, esta recompensa es imperecedera, incorruptible, durará para siempre.

2 Corintios 5:7 nos dice que los creyentes "andamos por fe y no por vista". Quien se conduce en la vida según lo que puede ver, va a acumular cosas de valor terrenal en depósitos terrenales; pero quien tiene la plena certidumbre de que Dios nos ha dado una nueva ciudadanía en un reino futuro y que dará a cada uno una justa recompensa por su servicio y obediencia, va a intentar acumular bienes en Su caja fuerte espiritual y ahí, tengan por seguro que no podrá entrar ningún ladrón, ni polilla, ni nada que se "coma" lo que hemos guardado.

1 Pedro 1:3-5 (RVA)

|3| Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, quien según su grande misericordia nos ha hecho nacer de nuevo para una esperanza viva por medio de la resurrección de Jesucristo de entre los muertos;

|4| para una herencia incorruptible, incontaminable e inmarchitable, reservada en los cielos para vosotros

|5| que sois guardados por el poder de Dios mediante la fe, para la salvación preparada para ser revelada en el tiempo final.

1 Corintios 9:25-27 (RVA)

|25| Y todo aquel que lucha se disciplina en todo. Ellos lo hacen para recibir una corona corruptible; nosotros, en cambio, para una incorruptible.

|26| Por eso yo corro así, no como a la ventura; peleo así, no como quien golpea al aire.

|27| Más bien, pongo mi cuerpo bajo disciplina y lo hago obedecer; no sea que, después de haber predicado a otros, yo mismo venga a ser descalificado.

La información sobre las versiones de la Biblia citadas en este estudio y otros puede verla en la siguiente página: Referencias de versiones de la Biblia.

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