Luego de la resurrección de Jesús, Dios hizo posible que recibiéramos el don de espíritu santo y con éste comenzáramos a recibir algunas de las bendiciones del reino venidero.
Romanos 8:22-23 (RVA)
|22| Porque sabemos que toda la creación gime a una, y a una sufre dolores de parto hasta ahora.
|23| Y no sólo la creación, sino también nosotros, que tenemos las primicias del Espíritu, gemimos dentro de nosotros mismos, aguardando la adopción como hijos, la redención de nuestro cuerpo.
La Biblia aquí nos dice que la creación gime con dolores de parto, esto es una forma de enfatizar el hecho de que hay maldad, enfermedad y dolor en el mundo. Luego dice que nosotros, como creyentes, también "gemimos", y nos dice después que tenemos "las primicias del Espíritu".
Esta palabra "primicias", ya la vimos en el capítulo 4. Es la palabra griega aparchë, que está en singular y debería traducirse como "primera porción". Nos está indicando que los creyentes hoy tenemos una "primera porción" del Espíritu, que, como veremos, es una primera parte de aquello que recibiremos en el reino venidero.
1 Corintios 12:7-11 (RVA)
|7| Pero a cada cual le es dada la manifestación del Espíritu para provecho mutuo.
|8| Porque a uno se le da palabra de sabiduría por medio del Espíritu; pero a otro, palabra de conocimiento según el mismo Espíritu;
|9| a otro, fe por el mismo Espíritu; y a otro, dones de sanidades por un solo Espíritu;
|10| a otro, el hacer milagros; a otro, profecía; a otro, discernimiento de espíritus; a otro, géneros de lenguas; y a otro, interpretación de lenguas.
|11| Pero todas estas cosas las realiza el único y el mismo Espíritu, repartiendo a cada uno en particular como él designa.
Parte de esta primera porción del Espíritu es lo que aquí la Biblia llama "la manifestación del Espíritu", es el poder de Cristo manifestado en el mundo a través nuestro. Por medio del don de espíritu santo que hay en nosotros, Jesús puede manifestar su poder y seguir haciendo aquello que hizo durante su vida en la Tierra, pero esta vez a través de nosotros, los creyentes.
Filipenses 2:12-13 (RVA)
|12| De modo que, amados míos, así como habéis obedecido siempre —no sólo cuando yo estaba presente, sino mucho más ahora en mi ausencia—, ocupaos en vuestra salvación con temor y temblor;
|13| porque Dios es el que produce en vosotros tanto el querer como el hacer, para cumplir su buena voluntad.
"Ocuparse de la salvación" a veces es malinterpretado como si un cristiano debería hacer cosas para no perder la salvación. Pero no es así. La palabra "salvación" según el contexto puede referirse a nuestra salvación final, que es la vida perpetua en el reino venidero, pero también tiene un aspecto presente que se relaciona con estar a salvo, protegidos y cuidados por Dios en el tiempo presente. Como vimos antes, el pecado tiene sus consecuencias, pero si andamos según la voluntad de Dios, vamos a estar bajo la protección y cuidado de Dios.
Aquí se nos dice que Dios produce en nosotros "el querer como el hacer". La palabra "querer" en griego es thelö, que indica un deseo impulsivo, o sea, ese deseo que se manifiesta como un impulso interior. La palabra "hacer" en griego es energeö, que literalmente sería "energía en acción". Dios produce en nosotros el impulso para hacer Su voluntad y nos da la energía y recursos para hacerla, pero nosotros tenemos que decidir si seguir ese deseo generado por Dios o no. Entonces, otro aspecto de estos "primeros frutos" del Espíritu, es poder tener una constante acción de Dios en nuestro interior produciendo el deseo de hacer Su voluntad y dándonos la energía, sabiduría y poder cuando decidimos hacerla. Mucho se puede hablar de cómo actúa Dios en nuestro interior, pero no lo voy a desarrollar aquí, si quieren un estudio completo al respecto, pueden leer mi libro "La acción de Dios en el creyente".
Gálatas 6:12-15 (RVA)
|12| Aquellos que quieren tener el visto bueno en la carne os obligan a ser circuncidados, solamente para no ser perseguidos a causa de la cruz de Cristo.
|13| Pues ni los que son circuncidados guardan la ley; sin embargo, quieren que vosotros seáis circuncidados para gloriarse en vuestra carne.
|14| Pero lejos esté de mí el gloriarme sino en la cruz de nuestro Señor Jesucristo, por medio de quien el mundo me ha sido crucificado a mí y yo al mundo.
|15| Porque ni la circuncisión ni la incircuncisión valen nada, sino la nueva criatura.
La palabra "criatura" en el versículo 15, en el griego es ktisis, su traducción más correcta es "creación", lo que este versículo nos está diciendo es que en Cristo Dios hizo una nueva creación. Esta palabra, ktisis es usada en la Biblia con distintos sentidos según el contexto, por ejemplo, en Mateo 10:6 se usa en referencia a la creación de Dios relatada en Génesis 1 y 2; en Marcos 16:15 se habla de predicar el evangelio a toda "creación", lo cual es una forma figurada de referirse a la humanidad; en Romanos 8:39 se usa en referencia a todo tipo de cosa creada, sin embargo, quiero destacar un uso particular:
1 Pedro 2:13-14 (RVA)
|13| Estad sujetos a toda institución humana por causa del Señor; ya sea al rey como quien ejerce soberanía,
|14| o a los gobernantes como quienes han sido enviados por él para el castigo de los que hacen el mal y para la alabanza de los que hacen el bien.
Aquí la palabra "institución" es en griego ktisis, o sea, se está usando esta palabra para referirse a la "creación" de puestos de autoridad. La palabra ktisis, entonces, puede referirse a puestos de autoridad, a jerarquías.
Por otro lado, la palabra "nueva", en Gálatas 6:15, es en griego kainos. En el griego de la Biblia tenemos dos palabras que primordialmente pueden traducirse como "nuevo", una de ellas en neos y la otra es kainos. La diferencia entre estas dos palabras griegas es que neos denota algo que es "nuevo en tiempo", algo recién hecho, recién fabricado, algo sin uso; cuando se usa con respecto a personas describe a alguien que es más joven o de menor edad. Por otro lado, la palabra kainos nos indica algo que es "nuevo en calidad o carácter", es algo que ha adquirido una nueva calidad o nuevas características, aunque no necesariamente está recién hecho.
Para ejemplificar el sentido de estas dos palabras griegas, supongamos que compro un automóvil 0km cuyo modelo viene siendo vendido desde el año 2000, este automóvil sería "nuevo en tiempo" (neos), pero no es nuevo en calidad (kainos), porque el mismo modelo ha estado a la venta durante muchos años. Por otro lado, si yo refaccionara un viejo automóvil, dándole un nuevo diseño, pintándolo y añadiendo nueva tecnología o nuevos accesorios, este auto podría considerarse nuevo en calidad (kainos), pero no sería nuevo en tiempo (neos), porque yo ya tenía ese auto desde hace tiempo. Ahora bien, cuando una marca importante nos presenta una nueva línea de automóviles que sale a la venta, éstos pueden considerarse que son nuevos en tiempo (neos), porque están recién salidos de fábrica, pero también son nuevos en calidad (kainos), porque tiene cualidades y características que lo hacen distinto de otros modelos.
Cuando la Biblia habla de "nueva creación", la palabra griega utilizada es kainos y no neos. Esto significa que la nueva creación a la que Dios se refiere es nueva en calidad, en características o en cualidades. Dios tomó cosas ya existentes de Su creación y las hizo "nuevas", en el sentido de que les dio una nueva calidad y nuevas características.
Pablo explica, a lo largo de sus cartas a los romanos y a los gálatas, que la ley de Dios sólo proporcionaba de una guía sobre las prácticas que agradaban a Dios, pero no les proveía de la capacidad para alcanzar la salvación, porque nadie la podía cumplir perfectamente. La ley dada a Moisés era tan sólo una guía hacia la voluntad de Dios. Jesús vino a mostrar, a través de Su doctrina y de Su ejemplo, cuán grande es el amor de Dios y cuál es Su deseo para la humanidad (Jn. 14:6-12). Al entender más profundamente la voluntad de Dios, el andar cambia, porque éste ya no se basa en una serie de reglamentos rígidos y estrictos, sino en una relación estrecha con el Padre. Por esta causa es que Jesús no exigía a sus discípulos que siguieran muchos de los actos religiosos que los fariseos practicaban regularmente.
2 Corintios 5:17 (RVA)
De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas.
Aquí las palabras "nueva criatura", son también en griego kainos ktisis, o sea "nueva creación", las mismas palabras que en Gálatas 6:15. "Estar en Cristo" significa, por el contexto, haber hecho a Jesús Señor. Desde el momento que hacemos a Jesús Señor, pasamos a ser una "nueva creación".
Efesios 2:14-16 (RVA)
|14| Porque él es nuestra paz, quien de ambos nos hizo uno. El derribó en su carne la barrera de división, es decir, la hostilidad;
|15| y abolió la ley de los mandamientos formulados en ordenanzas, para crear en sí mismo de los dos hombres un solo hombre nuevo, haciendo así la paz.
|16| También reconcilió con Dios a ambos en un solo cuerpo, por medio de la cruz, dando muerte en ella a la enemistad.
En esta sección el apóstol Pablo viene hablando de dos "pueblos", uno era Israel, a quien Dios había hecho las promesas de redención y el otro era el resto de naciones paganas. Lo que Pablo dice aquí es que Dios hizo de estos dos grandes "pueblos" uno solo en Cristo, o sea, a todos los que han hecho a Jesús Señor Dios los considera miembros de un mismo "pueblo" o "nación" espiritual. Y nos dice que en Cristo Dios creó un hombre nuevo, y esta palabra "nuevo" es kainos. Así que, podemos darnos cuenta que la nueva creación de Dios tiene relación con este cuerpo espiritual que Dios creó en Cristo.
Efesios 2:17-22 (RVA)
|17| Y vino y anunció las buenas nuevas: paz para vosotros que estabais lejos y paz para los que estaban cerca,
|18| ya que por medio de él, ambos tenemos acceso al Padre en un solo Espíritu.
|19| Por lo tanto, ya no sois extranjeros ni forasteros, sino conciudadanos de los santos y miembros de la familia de Dios.
|20| Habéis sido edificados sobre el fundamento de los apóstoles y de los profetas, siendo Jesucristo mismo la piedra angular.
|21| En él todo el edificio, bien ensamblado, va creciendo hasta ser un templo santo en el Señor.
|22| En él también vosotros sois juntamente edificados para morada de Dios en el Espíritu.
En Jesús todos somos una familia para Dios, todos tenemos acceso a Dios por medio de un solo Espíritu (por medio de Jesús) y vamos creciendo juntamente para morada de Dios ¡Dios habita en nosotros por medio de Cristo! ¡Esto es parte de la nueva creación que Dios hizo luego de la resurrección de Jesús!
Colosenses 1:9-18 (RVA)
|12| Con gozo damos gracias al Padre que os hizo aptos para participar de la herencia de los santos en luz.
|13| Él nos ha librado de la autoridad de las tinieblas y nos ha trasladado al reino de su Hijo amado,
|14| en quien tenemos redención, el perdón de los pecados.
|15| Él es la imagen del Dios invisible, el primogénito de toda la creación;
|16| porque en él fueron creadas todas las cosas que están en los cielos y en la tierra, visibles e invisibles, sean tronos, dominios, principados o autoridades. Todo fue creado por medio de él y para él.
|17| El antecede a todas las cosas, y en él todas las cosas subsisten.
|18| Y además, él es la cabeza del cuerpo, que es la iglesia. Él es el principio, el primogénito de entre los muertos, para que en todo él sea preeminente;
Aquí se nos dice que Dios nos hizo aptos para participar de la herencia de los santos en luz y nos trasladó al reino de Su Hijo amado. En otras palabras, nosotros no éramos aptos para ser parte del reino de Cristo, pero al Cristo sacrificarse por nosotros, Dios nos hizo "aptos", por medio de la fe en Jesús podemos entrar en el futuro reino de Cristo (el milenario) y también en el reino final de Dios.
Los versículos 15 al 17 con frecuencia son malinterpretados. El 15 nos dice que Jesús es "primogénito de toda la creación" y el 16 nos dice que "en él fueron creadas todas las cosas...", el 17 nos dice que Jesús "antecede a todas las cosas..." Veamos qué quiere decir todo esto.
El versículo 15 nos dice que Jesús es el primogénito de toda la creación, muchos interpretan que esto significa que Jesús fue creado antes que el universo mismo, pero esto no es lo que nos dice el texto, aquí se está hablando de la nueva creación. Noten que la misma palabra "primogénito" se usa en el mismo contexto para decir que él es "primogénito" de toda la creación y "primogénito" de entre los muertos. De este modo conecta a todo el contexto, al resucitar de entre los muertos Jesús fue el primero en tener un cuerpo humano inmortal y el primero de muchos cambios y cosas nuevas que Dios hizo. Nadie antes recibió un cuerpo de esa clase y nadie lo ha recibido hasta ahora, Él fue el primero en recibir esta clase de vida y es la "muestra" de lo que nosotros recibiremos en el futuro (Fil. 3:20, 21).
Recordemos que la palabra "creación" (en griego ktisis), puede referirse a la creación de puestos de autoridad (como en 1 Pedro 2:13) ¡y esto precisamente hizo Dios al resucitar a Jesús! Dios hizo a Jesús Señor sobre todos los seres creados, fue puesto sobre toda autoridad espiritual.
El versículo 16 también nos dice que todo (todo esto nuevo que hizo Dios) fue creado "por medio de él y para él". Esto quiere decir que Jesús no sólo es el primogénito de esta nueva creación de Dios, sino que todo lo que Dios ha hecho nuevo lo hizo por medio de él y para él. A Dios le fue posible hacer todo esto porque Jesús se sacrificó, pero también, como recompensa, Dios puso en manos de Jesús toda Su nueva creación.
Esta nueva creación incluye cosas visibles e invisibles, tronos, dominios, principados y poderes. No es que Dios haya traído a la existencia nuevos seres espirituales, sino que aquellos que existen fueron reordenados en cuanto a su autoridad. Recordemos que esta nueva creación no es neos (nueva en tiempo), sino kainos (nueva en calidad y cualidades), en otras palabras, por medio de la obra de Cristo, Dios dio nuevas cualidades a Su creación y "creó" un nuevo sistema de autoridades que rige sobre los seres ya existentes.
Cristo fue puesto como el segundo al mando en el Universo (1 Co. 15:27; Ef. 1:20-23; Col. 2:10), por lo tanto, Jesús ahora tiene autoridad por sobre toda la creación de Dios y está encargado de mediar entre todo asunto entre Dios y los seres humanos (1 Ti. 2:5; He. 8:9; 9:15; 12:24). Todo esto necesitó de un nuevo orden en cuanto a las funciones y posiciones de autoridad de todos los seres espirituales. Esto, a su vez, genera nuevas capacidades entre los seres humanos, ya que cuando creemos en Cristo como Señor pasamos a ser miembros de Su Cuerpo (Ro. 12:4-5; 1 Co. 12:12-27; Ef. 4:16) y tenemos una conexión con Cristo por medio de la cual él puede darnos de su poder y sabiduría.
En el versículo 17, las palabras "Él antecede a todas las cosas", según el texto griego deberían leerse como "y él está delante de todas", dando a entender que él es el que tiene el mayor rango de autoridad entre todos los demás seres (y esto encaja perfectamente con el contexto).
La palabra "subsisten" en griego es sunistemi, que significa "unir, combinar, juntar"; secundariamente pasó a significar también "mostrar, recomendar, subsistir, continuar en la existencia, establecer, preparar". Las palabras "las cosas" no están en el texto griego, literalmente dice "todas" o "todos", lo cual, según el contexto, parece más bien referirse a "todos los seres del reino de Dios". "En él" indica una conexión con Cristo. Así que el pasaje nos estaría diciendo que "todos los seres son reunidos en él".
Estos versículos nos están diciendo que todos los seres que pertenecen al reino de Dios están unidos en Cristo.
Todos los tronos, dominios, principados y autoridades espirituales de los que viene hablando Pablo, están conectados con Jesús y también todos los creyentes estamos unidos a él y, al estar unidos a él, nos vamos uniendo entre nosotros.
Esta nueva creación de Dios en Cristo, está conectada con un "nuevo pacto" de parte de Dios con la humanidad.
En tiempos antiguos, Dios hizo un "pacto" con el pueblo de Israel: aquellos que guardaban los mandamientos de Dios vivirían bajo Su protección y tendrían vida perpetua en el reino futuro de Dios (Dt. 4:13, 23; Lv. 18:5; 26:9-15; Ez. 20:11; Ro. 10:5-6). Sin embargo, Dios sabía la propia naturaleza pecaminosa no permitiría al ser humano guardar perfectamente Sus estatutos, por tanto, Dios prometió que haría un nuevo pacto por medio del cual Sus leyes iban a ser escritas en el corazón mismo de las personas:
Jeremías 31:31-34 (RVA)
|31| "He aquí vienen días, dice Jehovah, en que haré un nuevo pacto con la casa de Israel y con la casa de Judá.
|32| No será como el pacto que hice con sus padres el día que los tomé de la mano para sacarlos de la tierra de Egipto, mi pacto que ellos invalidaron, a pesar de ser yo su señor, dice Jehovah.
|33| Porque éste será el pacto que haré con la casa de Israel después de aquellos días, dice Jehovah: Pondré mi ley en su interior y la escribiré en su corazón. Yo seré su Dios, y ellos serán mi pueblo.
|34| Ya nadie enseñará a su prójimo, ni nadie a su hermano, diciendo: 'Conoce a Jehovah.' Pues todos ellos me conocerán, desde el más pequeño de ellos hasta el más grande, dice Jehovah. Porque yo perdonaré su iniquidad y no me acordaré más de su pecado."
Este "nuevo pacto" es la promesa para de Dios para los que vivan en el reino milenario. No obstante, la Biblia nos dice que este nuevo pacto comenzó luego de la resurrección de Jesús, y si bien no tenemos los efectos completos de este nuevo pacto, tenemos, como hemos visto, los "primeros frutos".
Lucas 22:19-20 (RVA)
|19| Entonces tomó pan, y habiendo dado gracias, lo partió y les dio diciendo: —Esto es mi cuerpo que por vosotros es dado. Haced esto en memoria de mí.
|20| Asimismo, después de haber cenado, tomó también la copa y dijo: —Esta copa es el nuevo pacto en mi sangre, que por vosotros se derrama.
Hebreos 12:22-24 (RVA)
|22| Más bien, os habéis acercado al monte Sion, a la ciudad del Dios vivo, a la Jerusalén celestial, a la reunión de millares de ángeles,
|23| a la asamblea de los primogénitos que están inscritos en los cielos, a Dios el juez de todos, a los espíritus de los justos ya hechos perfectos,
|24| a Jesús el mediador del nuevo pacto, y a la sangre rociada que habla mejor que la de Abel.
Como podemos ver, el "nuevo pacto" ya ha comenzado, Dios ha comenzado a escribir Su ley en nuestros corazones y a hacernos conocer Su voluntad. Por supuesto, esto no lo vemos de forma perfecta, lo cual sucederá cuando seamos transformados y tengamos nuevo cuerpo y una nueva vida, inmortal e incorruptible. Lo que hoy tenemos son los primeros frutos del Espíritu y los primeros frutos de este nuevo pacto.
Cuando se habla de "nuevo pacto", la palabra griega traducida "nuevo" es también kainos, o sea, es "nuevo en calidad", tiene cualidades y características nuevas y distintas del pacto anterior. Al ver el texto en Jeremías, vemos que una de las más notables diferencias entre el antiguo pacto y el nuevo es que Dios haría algo en el interior de los creyentes de modo que éstos pudieran conocerlo, y esto se corresponde con lo que hemos visto en Filipenses, que nos dice que Dios produce en nosotros el deseo y nos da la energía para hacer Su voluntad.
Parte de los primeros frutos del Espíritu es el inicio de un nuevo pacto en el que Dios hizo una nueva creación y ahora obra internamente en cada creyente para ayudarnos a hacer Su voluntad y darnos de Su sabiduría y poder.
Otra gran característica que distingue al nuevo pacto es que, por medio de este, Dios promete que nunca más se acordará de nuestros pecados. Cuando los israelitas habían establecido el pacto con Dios, ellos debían mantenerse fieles y obedientes a las leyes de Dios, el pecado los dejaba fuera de la salvación de Dios y por ello debían constantemente ofrecer sacrificios de animales como muerte sustituta a causa de los pecados. Pero el nuevo pacto nos pone en una posición de relación con Dios que es inalterable, nuestros pecados no nos pueden hacer "desheredar" la salvación de Dios, porque Dios prometió nunca más acordarse de nuestros pecados. Cada pecado trae sus consecuencias, pero estando bajo el nuevo pacto, jamás podemos llegar al punto de perder la vida perpetua que Dios nos ha dado.
2 Corintios 3:6 (RVA)
El mismo nos capacitó como ministros del nuevo pacto, no de la letra, sino del Espíritu. Porque la letra mata, pero el Espíritu vivifica.
"El Espíritu" se refiere aquí al Señor Jesucristo en su función de mediador entre Dios y los creyentes renacidos. "La letra" se refiere a la ley escrita que fue dada a Moisés. Al decir que "la letra mata" Pablo no está queriendo decir que literalmente la ley de Dios mate a las personas, sino que da a entender que no se puede obtener vida perpetua mediante el cumplimiento de la ley, porque nadie puede cumplir perfectamente la ley. Pero mediante la acción de Cristo Dios ha perdonado todos nuestros pecados.
Leyendo Hebreos 8:5; y todo el capítulo 9, vemos que el antiguo templo ordenado por Dios, con todos sus sacrificios, eran figuras de lo que debía hacer Cristo. Los sacrificios eran simbólicos del sacrificio de Jesús y el templo era simbólico de la verdadera "casa" de Dios, que es el cielo mismo. En el antiguo pacto, era necesario constantemente ofrecer sacrificios para cubrir los pecados en un templo hecho con manos. Pero en el nuevo pacto tenemos a Cristo, Quien se ofreció como perfecto sacrificio en el templo verdadero, que es el cielo mismo, y así cubrió todos nuestros pecados de una vez para siempre, no sólo los pecados que ya hemos cometido, sino también todos aquellos que cometeremos. Mediante Su sacrificio hoy podemos vivir con la confianza de que nada nos podrá separar del amor de Dios (Ro. 8:39).
Hebreos 4:14-16 (RVA)
|14| Por tanto, teniendo un gran sumo sacerdote que ha traspasado los cielos, Jesús el Hijo de Dios, retengamos nuestra confesión.
|15| Porque no tenemos un sumo sacerdote que no puede compadecerse de nuestras debilidades, pues él fue tentado en todo igual que nosotros, pero sin pecado.
|16| Acerquémonos, pues, con confianza al trono de la gracia para que alcancemos misericordia y hallemos gracia para el oportuno socorro.
A causa del sacrificio de Jesús, ahora, por nuestra fe en él, podemos acercarnos con confianza al trono de gracia para alcanzar misericordia y el oportuno socorro antes las adversidades en la vida. ¿Cómo hacemos esto? ¡Por medio de la oración! No tenemos que ser perfectos para poder estar ante Dios y el Señor Jesucristo, sólo por la fe podemos acercarnos a Dios mediante la oración ¡este es otro de los privilegios de esta "primera porción" del Espíritu!
Junto con el "nuevo hombre", la "nueva creación" y el "nuevo pacto", también tenemos un nuevo mandamiento de parte de Dios.
Juan 13:33-35 (RVA)
|33| Hijitos, todavía sigo un poco con vosotros. Me buscaréis, pero como dije a los judíos: "A donde yo voy vosotros no podéis ir," así os digo a vosotros ahora.
|34| Un mandamiento nuevo os doy: que os améis los unos a los otros. Como os he amado, amaos también vosotros los unos a los otros.
|35| En esto conocerán todos que sois mis discípulos, si tenéis amor los unos por los otros.
Antes de ser sacrificado, Jesús dio a sus discípulos "un mandamiento nuevo": amarse unos a otros como Él los amó. Al hablar de un mandamiento "nuevo", Jesús usó la palabra griega kainos, porque este mandamiento no era "nuevo" en tiempo, sino nuevo en calidad. El mandamiento se centra en el amor, esto no es nuevo, porque Jesús ya había enseñado que el amor resumía a todos los mandamientos (Mr. 12:28), lo cual ya había sido declarado desde los tiempos de Moisés (Dt. 6:4-5). El mandamiento de Jesús no era nuevo en su esencia, porque se centraba en el amor, pero era nuevo en sus cualidades y características, porque Jesús mostró una clase de amor jamás vista, Jesús dio testimonio del amor de Dios de un modo mucho más profundo y completo. Al pedir a sus discípulos que se amen como Él los había amado estaba poniendo al andar cristiano en una categoría muy superior a lo que hasta entonces se conocía, no se trata tan sólo de obedecer una serie de reglamentos escritos, sino de andar con un amor que refleja el amor de Dios.
1 Juan 2:1-8 (RVA)
|1| Hijitos míos, estas cosas os escribo para que no pequéis. Y si alguno peca, abogado tenemos delante del Padre, a Jesucristo el justo.
|2| Él es la expiación por nuestros pecados, y no solamente por los nuestros, sino también por los de todo el mundo.
|3| En esto sabemos que nosotros le hemos conocido: en que guardamos sus mandamientos.
|4| El que dice: "Yo le conozco" y no guarda sus mandamientos es mentiroso, y la verdad no está en él.
|5| Pero en el que guarda su palabra, en éste verdaderamente el amor de Dios ha sido perfeccionado. Por esto sabemos que estamos en él.
|6| El que dice que permanece en él debe andar como él anduvo.
|7| Amados, no os escribo un mandamiento nuevo kainos sino el mandamiento antiguo que teníais desde el principio. El mandamiento antiguo es la palabra que habéis oído.
|8| Otra vez os escribo un mandamiento nuevo kainos, que es verdadero en él y en vosotros, porque las tinieblas van pasando y la luz verdadera ya está alumbrando.
Aquí Juan habla acerca del andar cristiano, como vimos, Jesús mandó a sus discípulos a amar como Él los amó. Aquí Juan nos dice que el andar cristiano, el andar en amor, consiste en andar como anduvo Jesucristo. Cada vez que nuestro andar se desvía del andar de amor que ejemplificó Jesucristo, estamos cometiendo pecado.
En los versículos 7 y 8 Juan parece contradecirse, porque en el versículo 7 dijo que no escribía un mandamiento nuevo (kainos) y ahora dice que les escribe un mandamiento nuevo (kainos). Pero no hay contradicción, Juan comienza diciendo "otra vez os escribo...", estas palabras indican un cambio entre el versículo 7 y el 8. Lo que Juan escribió hasta el versículo 7 no era "nuevo" (kainos), sino que era lo que ellos ya habían oído de parte de Jesús, sin embargo, por la obra de Dios en Cristo, luego del día de Pentecostés los cristianos tenemos una conexión con Dios y con Cristo que no era posible tener en la época en que Jesús habló a Sus discípulos. Esta nueva relación espiritual que tenemos en Cristo nos permite ser alumbrados con la "luz verdadera" y conocer en más profundidad el amor de Dios. Por lo tanto, el mismo mandamiento que Jesús dio a Sus discípulos cobra un nuevo sentido para nosotros, que tenemos el espíritu santo de Dios, por medio del cual Dios actúa en nuestro interior para darnos a conocer Su voluntad.
1 Juan 3:23-24 (RVA)
|23| Y éste es su mandamiento: que creamos en el nombre de su Hijo Jesucristo y que nos amemos unos a otros, como él nos ha mandado.
|24| Y el que guarda sus mandamientos permanece en Dios, y Dios en él. Y por esto sabemos que él permanece en nosotros: por el Espíritu que nos ha dado.
1 Juan 4:7-12 (RVA)
|7| Amados, amémonos unos a otros, porque el amor es de Dios. Y todo aquel que ama ha nacido de Dios y conoce a Dios.
|8| El que no ama no ha conocido a Dios, porque Dios es amor.
|9| En esto se mostró el amor de Dios para con nosotros: en que Dios envió a su Hijo unigénito al mundo para que vivamos por él.
|10| En esto consiste el amor: no en que nosotros hayamos amado a Dios, sino en que él nos amó a nosotros y envió a su Hijo en expiación por nuestros pecados.
|11| Amados, ya que Dios nos amó así, también nosotros debemos amarnos unos a otros.
|12| Nadie ha visto a Dios jamás. Si nos amamos unos a otros, Dios permanece en nosotros, y su amor se ha perfeccionado en nosotros.
A Dios nadie lo ha visto. Colosenses 1:15 nos dice que Dios es "invisible", Él es espíritu (Jn. 4:24), así que está más allá del reino de lo físico y material, por lo cual es lógico que no pueda ser visto con ojos físicos. Él quizá pueda manifestarse de forma física si lo quiere, pero sería una imagen creada para nosotros, no Su esencia misma.
Pero también hay que tener en cuenta que en la época en que esto fue escrito la palabra "ver" estaba siempre asociada con "conocer", por lo tanto, al decir Juan aquí que a Dios nadie le ha "visto", nos arroja también el sentido de que a Dios nadie le ha conocido, al menos no de forma completa, sólo conocemos una pequeña parte de lo que es Dios, Sus pensamientos, intenciones y planes.
Si bien es cierto que nadie ha "visto" físicamente a Dios, en este contexto no tiene mucho sentido hablar de una apariencia física de Dios. Lo que Juan expresa es el hecho de que nadie conoce en profundidad a Dios, nadie sabe bien cómo es Dios. Dios jamás se ha mostrado completamente en toda Su gloria. Jesús dio a conocer el amor de Dios a través de Su andar y fue quien mejor representó a Dios en la Tierra (Jn. 15:9; 8:28; 10:37-38), por eso dijo que quien lo ha visto ha visto al Padre (Jn. 14:9). Esto significa que quien conoció a Jesús y entendió Su mensaje, también conoció a Dios y el mensaje de Dios, porque Jesús siempre hizo la voluntad de Dios. Entonces, cuando Juan dice (en 1 Juan 4:12) que "nadie ha visto a Dios jamás", se está refiriendo específicamente a que nadie conoció en profundidad a Dios, nadie lo ha visto en toda Su gloria y nadie comprende cabalmente Su propósito, Su plan y Sus designios, nadie conoce a Dios en toda Su grandeza, pero si nosotros andamos en amor, el mundo puede "ver", puede conocer, un poco de lo que Dios es a través nuestro.
1 Juan 5:1-5 (RVA)
|1| Todo aquel que cree que Jesús es el Cristo es nacido de Dios, y todo aquel que ama al que engendró ama también al que es nacido de él.
|2| En esto sabemos que amamos a los hijos de Dios, cuando amamos a Dios y guardamos sus mandamientos.
|3| Pues éste es el amor de Dios: que guardemos sus mandamientos. Y sus mandamientos no son gravosos.
|4| Porque todo lo que ha nacido de Dios vence al mundo; y ésta es la victoria que ha vencido al mundo: nuestra fe.
|5| ¿Quién es el que vence al mundo, sino el que cree que Jesús es el Hijo de Dios?
En estos versículos Juan dice que el amor hacia Dios requiere que amemos a Sus hijos y que guardemos Sus mandamientos, y Sus mandamientos no son gravosos, todo lo contrario, nos llevan hacia la victoria, cuando los obedecemos por fe.
En el andar en fe está la victoria, por eso es que en la medida que vamos comprendiendo y experimentando el amor de Dios, nuestros temores de hacer Su voluntad se van yendo y vamos obteniendo victoria en las distintas áreas de nuestras vidas.
Al hacer una "nueva creación" en Cristo, Dios nos dio todas las armas para luchar contra huestes espirituales de maldad (Ef. 6:10-12), nos dio todo lo necesario para que obtengamos victoria en nuestras vidas, de nosotros depende el aprovechar la gracia de Dios y todo lo que ha hecho por nosotros, eligiendo obedecerle y andar en amor, o hacer a un lado todo, andando en pecado, o buscando establecer una justicia por obras y no por fe que no aprovecha la gracia y don de Dios (Gá. 2:15-16; 3:1-5; Gá. 3:9-12; Ro. 3:19-28, 9:30-32).
Como hemos visto, por medio del sacrifico de Cristo, Dios ha hecho una nueva creación en el mundo espiritual y una nueva creación en nosotros. En el mundo espiritual él ha establecido un nuevo orden de autoridades que obedecen a la voluntad del Señor Jesucristo. Entre nosotros, él ha establecido un nuevo pacto por medio del cual somos hijos de Dios y ciudadanos de Su reino, no por las obras que hagamos, sino por Su gracia y amor derramados en nosotros cuando creímos en Cristo como Señor. Como "nueva creación", formamos parte de un nuevo hombre, siendo miembros de un Cuerpo en el cual Cristo es la Cabeza, estamos unidos a Él para siempre y somos hijos de Dios perpetuamente.
Ahora tenemos la primera porción del Espíritu, así que Dios puede escribir Su ley, Su voluntad y Sus mandamientos en nuestros corazones y puede obrar en nuestro interior, haciéndonos conocer Su amor. Siendo una nueva creación en Cristo, también tenemos la responsabilidad de seguir Su nuevo mandamiento, que es conducirnos con la misma clase de amor que Jesús mostró en la Tierra, que es el amor que Dios mismo ha operado desde siempre sobre toda la humanidad.
Efesios 4:22-24 (RVA)
|22| Con respecto a vuestra antigua manera de vivir, despojaos del viejo hombre que está viciado por los deseos engañosos;
|23| pero renovaos en el espíritu de vuestra mente,
|24| y vestíos del nuevo hombre que ha sido creado a semejanza de Dios en justicia y santidad de verdad.
Puesto que somos parte de una nueva creación y una nueva realidad espiritual, la Biblia nos alienta a "despojarnos" del viejo hombre y "vestirnos" del nuevo. Espiritualmente fuimos perfeccionados por Dios, pero esto no hace que automáticamente nuestras vidas sean perfectas. Cada día tenemos que tomar la decisión de hacer la voluntad de Dios o no, cada día tenemos que elegir entre seguir los "deseos engañosos" de nuestra naturaleza humana, o seguir los deseos que Dios genera en nosotros a través de Su don de espíritu santo en nosotros. Cada día elegimos si seguimos "esclavos del pecado" o si vamos a servir a nuestro Señor Jesucristo.
2 Corintios 7:1 (RVA)
Así que, amados, ya que tenemos tales promesas, limpiémonos de toda impureza de cuerpo y de espíritu, perfeccionando la santidad en el temor de Dios.
Vimos ya muchas de las promesas de Dios para nosotros, promesas de bendición y protección para el tiempo presente y promesas de recompensas para el reino venidero, por lo tanto, está en nosotros el decidir limpiarnos de toda impureza y perfeccionando nuestra santidad, o ignorar a Dios y andar en pecado.
Nuestra es la decisión de cada día: de un lado está el pecado, con el cual podemos tener una satisfacción momentánea para nuestra carne, nuestros ojos o nuestro ego, pero la "paga" de esto es muerte; por otro lado, al hacer la voluntad de Dios nos espera la bendición de Dios, la cual tiene su primera porción en el tiempo presente y su provecho completo es para siempre en el reino futuro.
La información sobre las versiones de la Biblia citadas en este estudio y otros puede verla en la siguiente página: Referencias de versiones de la Biblia.
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