El pecado de la "doble moral"

Proverbios 11:1 (RVA)

La balanza falsa es una abominación a Jehovah, pero la pesa exacta le agrada.

En tiempos antiguos las balanzas eran ese tipo de balanzas donde hay dos platos que colgaban de una barra horizontal sujeta a un centro y que permanecía nivelada cuando está en equilibrio, o sea, cuando se ponen en ambos platos objetos con el mismo peso.

Los mercaderes usaban las balanzas para hacer sus transacciones y fijar el precio de sus productos. Para esto tenían ciertos objetos de diferentes pesos (que podían ser de piedra o metal) con lo cual comparaban en la balanza los productos que compraban y vendían.

Los comerciantes deshonestos a veces tenían un tipo de pesa alterada. Supongamos que la pesa debía ser de 1Kg, pero, en realidad, tenía un peso de 0,8Kg, de este modo, cuando alguien hacía una compra, estaría llevando menos del peso acordado.

Entonces, la balanza falsa refiere a este tipo de prácticas engañosas, la pesa exacta se refiere a ser honestos y actuar con justicia.

Pero esto no se aplica sólo a una venta comercial, sino a todo ámbito de la vida. Lo que Dios aborrece es la injusticia y las acciones de las personas que usan diferentes "pesas" para cada situación.

Hablamos de alguien con "doble moral" cuando una persona aplica un criterio para juzgar determinadas situaciones o personas y otro diferente para juzgar a otras situaciones o personas similares a la primera.

Por ejemplo, supongamos que un desconocido roba algo y yo pido que lo envíen a la cárcel, pero luego, si mi hijo roba algo, salgo diciendo que es una "víctima de las circunstancias" y que debe ser perdonado. Otro ejemplo de doble moral sería si defiendo una ideología política como el comunismo, diciendo que los ricos deben ser obligados a repartir sus bienes con los pobres, pero luego, si me piden repartir mis bienes, me niego rotundamente diciendo que "me lo gané con mi trabajo y esfuerzo".

Esto sucede mucho entre todos nosotros, solemos juzgar con más dureza los errores de otras personas que los propios, pretendemos recibir más misericordia que la que estamos dispuestos a dar a otros.

También es común que la gente prefiera hacer favoritismo a la gente de una nacionalidad, religión, color, etc. Este tipo de conductas no son aprobadas por Dios. Dios quiere que tengamos "pesas exactas", que no tengamos doble moral. Si yo considero que algo está mal, está mal para cualquiera que lo haga, incluso si yo lo hago, o lo hace mi hijo, mi padre, madre, o mi mejor amigo.

Esto no significa que deba tratar igual a desconocidos que a mis familiares o amigos para no hacer "favoritismo", por supuesto que vamos a tener un mejor trato y cercanía con las personas que amamos. El punto es no juzgar a uno de forma diferente a otro.

Si vamos a evaluar a otras personas, debe ser en base a sus acciones e intenciones y no en las cosas inherentes a la persona, como su sexo, color, nacionalidad, posición social, etc.

A veces no nos damos cuenta de que estamos siendo injustos o parciales, por eso es necesario que revisemos nuestras propias acciones y pensamientos y, si hallamos que en algo estamos siendo injustos, corregirlo.

Dios es Dios de justicia y se agrada de quien se conduce con justicia. Si queremos tener el favor de Dios, apartemos de nuestra vida toda forma de injusticia.

Salmos 7:8-9 (RVA)

|8| Jehovah juzgará a los pueblos; júzgame, oh Jehovah, de acuerdo con mi justicia y mi integridad.

|9| Acábese ya la maldad de los impíos, y establece al justo; pues el Dios justo pone a prueba los corazones y las conciencias.

La información sobre las versiones de la Biblia citadas en este estudio y otros puede verla en la siguiente página: Referencias de versiones de la Biblia.

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