Debido al pensamiento machista que se fue infiltrando en la Iglesia y pasando de generación en generación a través de las prédicas y enseñanzas, solemos tener una idea de Jesús como que todo el tiempo estuvo acompañado de hombres, mientras las mujeres estaban en su casa haciendo quehaceres domésticos.
En el primer siglo la cultura era en exceso machista, y las mujeres solían ser excluidas de muchas actividades. Para una mujer era muy difícil recibir la educación que recibían los hombres, y esto también sucedía en el ámbito espiritual. Había mujeres cultas entre los judíos, incluso se sabe que algunas enseñaban en la sinagoga, pero eran una rara excepción. Las mujeres que recibían buena educación lo hacían porque tenían padres adinerados que les pagaban tutores, o porque tenían maridos considerados que les daban acceso a una mejor educación, pero, en términos generales, su educación no era la misma que la de los hombres. Por eso es realmente extraordinario ver cómo las Escrituras nos muestran a Jesús no sólo rodeado de hombres, sino también de mujeres, y cómo estas mujeres tuvieron un importante rol en su época.
Mateo 12:46-50 (RVA)
|46| Mientras todavía hablaba a la gente, he aquí su madre y sus hermanos estaban afuera, buscando hablar con él.
|47| Y alguien le dijo: —Mira, tu madre y tus hermanos están afuera, buscando hablar contigo.
|48| Pero Jesús respondió al que hablaba con él y dijo: —¿Quién es mi madre y quiénes son mis hermanos?
|49| Entonces extendió su mano hacia sus discípulos y dijo: —¡He aquí mi madre y mis hermanos!
|50| Porque cualquiera que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos, ése es mi hermano, mi hermana y mi madre.
En este momento de su ministerio, María, la madre de Jesús, y sus hermanos (los otros hijos de María) lo estaban buscando. Aunque la Biblia no lo especifica, podemos suponer que ellos no habían venido sólo a saludarlo, sino que querían que regresara a la casa, con ellos. En ese momento en particular, María y los hermanos de Jesús estaban actuando contra la voluntad de Dios, queriendo separar a Jesús de su servicio a Dios, por eso Jesús señala a sus discípulos diciendo que ellos eran "su madre y hermano y hermana". Algo en lo que pocos se detienen a pensar es que habría sido ofensivo si él hubiese llamado "madre y hermana" a una multitud sólo de hombres, evidentemente, había mujeres siguiendo a Jesús.
En Lucas 8, se nos dice que, junto con los 12 apóstoles, había muchas mujeres que acompañaban a Jesús:
Lucas 8:1-3 (RVA)
|1| Aconteció después, que él andaba de ciudad en ciudad y de aldea en aldea, predicando y anunciando el evangelio del reino de Dios. Los doce iban con él,
|2| y también algunas mujeres que habían sido sanadas de espíritus malignos y de enfermedades: María, llamada Magdalena, de la cual habían salido siete demonios;
|3| Juana, la mujer de Cuza, administrador de Herodes; Susana, y muchas otras. Ellas les servían con sus bienes.
Fíjense que dice que a Jesús le seguían muchas mujeres, no sólo algunas, y dice que ellas les servían con sus bienes. No sólo acompañaron a Jesús, ¡le estaban siendo de soporte económico! Jesús no impidió que las mujeres le siguieran, no impidió que aprendieran de él, y no se sintió avergonzado porque un grupo de mujeres le dieran soporte económico. Sin dudas esto fue revolucionario para la época, Jesús estaba rompiendo con la cultura machista de la época, en la cual él mismo vivió desde niño.
En Lucas 24:6, se presentan dos ángeles hablando a las mujeres que habían ido a ver la tumba de Jesús. Los ángeles les dicen que Jesús había resucitado y les dicen que se acuerden de lo que Jesús les habló cuando estaba aún en Galilea. Esto nos muestra que estas mujeres habían seguido a Jesús por largo tiempo, no estuvieron con él sólo ocasionalmente.
En Mateo 14:21 y 38 Jesús hizo dos veces el milagro de multiplicar los alimentos. En la primera ocasión dice que fueron 5000 hombres, sin contar mujeres y niños, en la segunda ocasión fueron 4000 hombres, sin contar mujeres y niños. Esto significa que sólo los hombres fueron contados (porque eran la mayoría), pero que también había allí muchas mujeres y niños.
En Mateo 20:20 se habla de la esposa de Zebedeo (probablemente Salomé, según Marcos 15:40 y 16:1), madre de los apóstoles Jacobo (Santiago) y Juan, la cual pide a Jesús que sus hijos se sienten a su izquierda y derecha cuando Jesús reine. Si bien ella puede ser acusada de egoísmo en el pedido, lo que es notable es que entendió perfectamente que Jesús era el rey y que en el futuro instauraría Su reino en la Tierra, algo que muy pocos reconocieron y entendieron para ese tiempo.
Una mujer prominente fue María Magdalena, ella siguió a Jesús casi desde el inicio de su ministerio público hasta su muerte y, por supuesto, luego de su resurrección. Ella es mencionada 12 veces en la Biblia, una cantidad significativa (teniendo en cuenta que muchos de los discípulos, incluyendo varios de los apóstoles son sólo mencionados una o dos veces en la Biblia) que nos hace ver cuán importante fue para Dios, como para incluir su nombre tantas veces en las Escrituras.
Algo que es muy notorio es la fidelidad y valor que tuvieron algunas mujeres, al seguir a Jesús hasta el final de sus días en la Tierra, al morir en la cruz.
En Mateo 26 tenemos el relato de cuando arrestan a Jesús. El versículo 56 nos dice que en ese momento todos los discípulos de Jesús huyeron y le abandonaron. Pedro intentó seguirlo de cerca, pero cuando lo identificaron como un discípulo de Jesús, él lo negó rotundamente. Todos estaban atemorizados, Jesús iba a ser condenado a muerte y sus discípulos corrían el riesgo de también ser apresados y ejecutados, llenos de miedo, la mayoría le abandonó. Sólo unos pocos estuvieron cerca de Jesús para ver su crucifixión y entre ellos varias mujeres.
En Lucas 23:27 vemos que había mujeres que le seguían y lloraban y se lamentaban por él. En el 23:49 estas mujeres estaban mirando las cosas de lejos, entre estas mujeres, Mateo 27:55 y 56 nos dice que estaban María Magdalena, María la madre de Jacobo y José, y la madre de los hijos de Zebedeo (Jacobo y Juan). Quizá no se animaron a ir muy cerca de Jesús, pero al menos estuvieron en un lugar suficientemente cerca como para poder verlo. Estas mujeres, que siguieron a Jesús desde Galilea, se quedaron cerca viendo cómo lo bajaban de la cruz y dónde lo sepultaban y prepararon un arreglo de especias aromáticas para su sepultura (Lucas 23:55).
En el momento más crítico, cerca de la cruz de Jesús son mencionadas 4 mujeres y uno sólo de sus discípulos:
Juan 19:25-27 (RVA)
|25| Junto a la cruz de Jesús estaban su madre, la hermana de su madre, María esposa de Cleofas y María Magdalena.
|26| Cuando Jesús vio a su madre y al discípulo a quien amaba, de pie junto a ella, dijo a su madre: —Mujer, he ahí tu hijo.
|27| Después dijo al discípulo: —He ahí tu madre. Y desde aquella hora el discípulo la recibió en su casa.
El "discípulo a quien amaba" sin dudas es Juan (Juan 21:20-24). Él es el único de los discípulos varones que es mencionado cercano a Jesús en la cruz, mientras que 4 mujeres estuvieron allí con él.
Mientras la mayoría de los discípulos de Jesús había huido por miedo y le había abandonado, estas mujeres se mantuvieron cerca, arriesgando sus vidas. Algunos piensan que, como eran mujeres, corrían menos riesgos que los hombres, pero no es así. Los hallazgos arqueológicos muestran que para el tiempo de Jesús la crucifixión era un método de muerte y tortura muy común entre romanos, especialmente para condenar a los judíos. A la hora de ejecutar y crucificar no tenían mayor consideración con las mujeres, incluso ejecutaban a niños y mujeres embarazadas. Familias enteras podían ser crucificadas si se sospechaba que estaban involucrados en una rebelión contra el emperador. Durante el reinado del procurador romano Gessius Florus, en los años 64 al 66 d.C., hubo una revuelta contra Roma que comenzó en Judea, durante esa revuelta, 3600 judíos, hombres, mujeres y niños fueron crucificados. El apóstol, Pablo, hablando de su persecución contra la Iglesia de Cristo, dice que él arrastraba tanto a hombres como mujeres y los entregaba a la cárcel (Hechos 8:3). Por lo tanto, vemos que no había privilegios para las mujeres en el marco legal.
Entonces, podemos ver que estas 4 mujeres mencionadas por Juan, valientemente se quedaron con Jesús hasta su hora final, y no sólo esto, sino que fueron las primeras en recibirlo luego de su resurrección.
Al leer Mateo 28:1-8; Marcos 16:1-8; Lucas 24:1-10, 22-23; Juan 20:1, podemos ver que fueron estas mujeres cercanas a Jesús las que primero fueron a ver la tumba de Jesús, a ellas se les apareció el ángel y a ellas se les apareció primero Jesús, ellas son las que fueron a avisar a los discípulos que Jesús había resucitado. Sin duda fueron mujeres de gran valor para la Iglesia, e incluso para la vida misma de Jesús.
La información sobre las versiones de la Biblia citadas en este estudio y otros puede verla en la siguiente página: Referencias de versiones de la Biblia.
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