La verdadera alabanza y adoración no es una canción

Con frecuencia escucho a cristianos hablar de "alabanza" y "adoración" como sinónimos de canciones cristianas. Algunos creen que la alabanza es la canción a Dios más bien "distante" y que la adoración se produce cuando la persona entra en mayor contacto con Dios y está "en su presencia". Pero ¿es esto lo que dice la Biblia?

En principio, tenemos que entender las definiciones desde el idioma en que fue originalmente escrita la Biblia.

En el griego la palabra que generalmente se traduce como "alabanza" es epainos, que significa "hablar bien de alguien", "elogio, recomendación, aprobación".

La palabra "adorar" en griego es proskuneö, que primariamente significa "besar, postrarse" y de ahí deriva el sentido de "mostrar respeto hacia un superior, reverenciar, respetar, arrodillarse, adorar".

Además, hay una palabra que a veces se traduce como "adorar" que es latreuö, que describe el servicio de adoración dado hacia un ser superior. Cuando se trata de este tipo de servicio, Jesús dijo que sólo debía rendirse a Dios (Lucas 4:8).

Ninguna de estas palabras tiene relación directa con la música. Alabar a Dios es hablar bien de Dios, recomendarlo, elogiarlo.

Por supuesto, podemos alabar a Dios a través de canciones, cuando cantamos a Él o acerca de lo que Él hace por nosotros, estamos alabándolo, estamos elogiándolo y recomendándolo a las personas que nos escuchan. Pero también lo estamos alabando cuando le contamos a alguien lo que Dios hizo por nosotros, cuando le recomendamos a alguien que ore a Dios por sus necesidades, o que lea la Biblia; le estamos alabando cuando hablamos bien de nuestro Padre delante de los demás. Hay muchas formas de alabar a Dios, la música es sólo una de ellas.

Por otro lado, el sentido de la adoración (proskuneö) es el de mostrar respeto a un superior, esto se puede hacer con respecto a Dios o con respecto a otras personas. En el primer siglo era común postrarse ante un rey, un gobernador, un militar, un sabio, un maestro, etc., como símbolo de respeto. Cuando se refiere a Dios, adorarlo es, sencillamente, mostrarle respeto y reverencia.

Juan 4:23-24 (RVA) |23| Pero la hora viene, y ahora es, cuando los verdaderos adoradores adorarán al Padre en espíritu y en verdad; porque también el Padre busca a tales que le adoren. |24| Dios es espíritu; y es necesario que los que le adoran, le adoren en espíritu y en verdad.

Aquí la palabra "adorar" es proskuneö, noten que Jesús no dijo que los verdaderos adoradores van a adorar cantando, sino que dijo que lo adorarían "en espíritu y en verdad". Dios es espíritu, así que, la forma de poder adorarlo verdaderamente es espiritual.

Jesús estaba aquí profetizando lo que vendría, hoy sabemos que luego de la resurrección de Jesús, Él fue exaltado como Señor y puesto como Cabeza de un Cuerpo espiritual, conformado por toda la Iglesia. Así que, ahora estamos conectados espiritualmente con Jesús y, por medio de Él, con Dios. Los verdaderos adoradores son los que por amor y respeto a Dios han hecho a Jesús su Señor y ahora están conectados espiritualmente con él en este Cuerpo de Cristo.

Por otro lado, la Biblia nos dice que Dios mira nuestro corazón, por lo tanto, la forma de adorarlo comienza con limpiar nuestro corazón, limpiar nuestras vidas de pecado y buscar servirle de corazón. De poco provecho sería cantar canciones y emocionarse profundamente en una reunión si en nuestra vida cotidiana estamos llenos de pecados y con un corazón contaminado de maldad.

Si yo le canto una canción llena de devoción a Dios y un par de horas después estoy gritando, maltratando a mis hermanos, o haciéndolos a un lado, negándoles mi ayuda; si me emborracho o me drogo, descuidando el cuerpo que Dios me dio; o si me involucro en fiestas descontroladas y conductas inmorales ¿qué clase de respeto estoy mostrando hacia Dios?

Imagínense que le dicen a su esposa o esposo que lo aman y dos horas después salen a escondidas para cometer una infidelidad ¿no sería eso una burla hacia su pareja? ¡Pero muchas veces las personas tratan así a Dios!

Por eso, si queremos ofrecer una verdadera adoración, lo primero es limpiar nuestra mente y corazón e ir corrigiendo nuestra conducta para hacer la voluntad de Dios.

La música tiene muchos beneficios y sin dudas Dios se agrada de que le cantemos. La música bien hecha y con buen mensaje puede animarnos en momentos difíciles, puede ayudarnos a recordar más fácilmente la Palabra de Dios, puede servirnos para comunicar más efectivamente un mensaje o testimonio, pero la alabanza y adoración van más allá de la música.

Salmos 13:6 (RV-1960)

Cantaré a Jehová, Porque me ha hecho bien.

La información sobre las versiones de la Biblia citadas en este estudio y otros puede verla en la siguiente página: Referencias de versiones de la Biblia.

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